Quiénes somos, de dónde venimos, adónde vamos

Quiénes somos, de dónde venimos, adónde vamos
Ricardo Carpani, 1991, acrílico sobre papel

23/07/2008

Acerca de la ronda de negociaciones de la OMC

Carta de Evo Morales - 21-07-2008

"El comercio internacional puede desempeñar una función de importancia en la promoción del desarrollo económico y el alivio de la pobreza. Reconocemos la necesidad de que todos nuestros pueblos se beneficien del aumento de las oportunidades y los avances del bienestar que genera el sistema multilateral de comercio. La mayoría de los Miembros de la OMC son países en desarrollo. Pretendemos poner sus necesidades e intereses en el centro del Programa de Trabajo adoptado en la presente Declaración." Declaración Ministerial de Doha de la Organización Mundial del Comercio, 14 de noviembre 2001

Con estas palabras comenzó la ronda de negociaciones de la OMC hace siete años. Realmente ¿El desarrollo económico, el alivio de la pobreza, las necesidades de todos nuestros pueblos, el aumento de oportunidades para los países en desarrollo están en el centro de las actuales negociaciones en la OMC?

Lo primero que debo decir es que si fuera así, los 153 países miembros y sobre todo la amplia mayoría de países en desarrollo deberían ser los actores principales de las negociaciones de la OMC. Pero lo que estamos viendo es que un puñado de 35 países son invitados por el Director General a reuniones informales para que avancen sustancialmente en la negociación y preparen los acuerdos de esta "Ronda para el Desarrollo" de la OMC.

Las negociaciones en la OMC se han convertido en una pelea de los países desarrollados para abrir el mercado de los países en desarrollo a favor de sus grandes empresas.

Los subsidios agrícolas del norte, que van principalmente a manos de compañías agroalimentarias de los EE.UU. y de Europa, no solo continuarán sino que se incrementaran como los demuestra la Ley Agrícola o "Farm Bill 2008"[1] de los Estados Unidos. Los países en desarrollo rebajarán los aranceles a sus productos agrícolas mientras los subsidios reales[2] aplicados por los EE.UU. o la UE a sus productos agrícolas no disminuirán.

A nivel de los productos industriales en las negociaciones de la OMC se busca que los países en desarrollo realicen recortes arancelarios de un 40 % a un 60 % mientras los países desarrollados disminuirán en promedio sus aranceles entre el 25% y el 33%.

Para países como Bolivia la erosión de las preferencias arancelarias por la disminución generalizada de aranceles tendrá efectos negativos en la competitividad de nuestras exportaciones.

El reconocimiento de las asimetrías, y el trato especial y diferenciado real y efectivo a favor de los países en desarrollo es limitado y obstaculizado en su implementación por los países desarrollados.

En las negociaciones se empuja a que nuevos sectores de servicios sean liberalizados por los países cuando lo que habría que hacer es excluir definitivamente los servicios básicos de educación, salud, agua, energía y telecomunicaciones del texto del Acuerdo General del Comercio de Servicios de la OMC. Estos servicios son derechos humanos que no pueden ser objeto de negocio privado y de reglas de liberalización que llevan a la privatización.

La desregulación y privatización de los servicios financieros, entre otros, son la causa de la actual crisis financiera mundial. Mayor liberalización de los servicios no traerá mayor desarrollo, sino mayores posibilidades de crisis y especulación en temas vitales como los alimentos.

El régimen de propiedad intelectual establecido por la OMC ha beneficiado sobre todo a las transnacionales que monopolizan las patentes, encareciendo el precio de los medicamentos y otros productos esenciales, incentivando la privatización y mercantilización de la vida misma, como lo prueban las varias patentes sobre plantas, animales e incluso genes humanos.

Los países más pobres serán los principales perdedores. Las proyecciones económicas de un potencial acuerdo de la OMC, efectuadas incluso por el Banco Mundial[3], indican que los costos acumulados por la pérdida de empleos, las restricciones a la definición de políticas nacionales, y la perdida de ingresos aduaneros serán mayores que los "beneficios" de la "Ronda para el Desarrollo".

Después de siete años, la ronda de la OMC está anclada en el pasado y desactualizada de los fenómenos mas importantes que estamos viviendo: la crisis alimentaria, la crisis energética, el cambio climático y la eliminación de la diversidad cultural. Se está haciendo creer al mundo que se necesita un acuerdo para resolver una agenda mundial y este acuerdo no representa esa realidad. Sus bases no son las adecuadas para resistir esta nueva agenda mundial.

Estudios de la FAO señalan que con las actuales fuerzas de producción agrícola es posible alimentar a 12.000 millones de seres humanos, es decir, casi el doble de la población mundial actual. Sin embargo, hay una crisis alimentaria porque no se produce para el bienestar humano sino en función del mercado, la especulación y rentabilidad de las grandes productoras y comercializadoras de alimentos. Para enfrentar la crisis alimentaria es necesario fortalecer la agricultura familiar, campesina y comunitaria. Los países en desarrollo tenemos que recuperar el derecho de regular[4] nuestras importaciones y exportaciones para garantizar la alimentación de nuestra población.

Tenemos que acabar con el consumismo, el derroche y el lujo. En la parte más pobre del planeta, mueren millones de seres humanos de hambre cada año. En la parte más rica del planeta se gastan millones de dólares para combatir la obesidad. Consumimos en exceso, derrochamos los recursos naturales y producimos la basura que contamina a la Madre Tierra.

Los países debemos priorizar el consumo de lo que producimos localmente. Un producto que recorre la mitad del mundo para llegar a su destino puede ser más barato que otro que se produce nacionalmente, pero, si tomamos en cuenta los costos ambientales del transporte de dicha mercadería, el consumo de energía y la cantidad de emisiones de carbono que genera, entonces podemos llegar a la conclusión de que es más sano para el planeta y la humanidad priorizar el consumo de lo que se produce localmente.

El comercio exterior debe ser un complemento de la producción local. De ninguna manera podemos privilegiar el mercado externo a costa de la producción nacional.

El capitalismo nos quiere uniformizar a todos para volvernos en simples consumidores. Para el Norte hay un sólo modelo de desarrollo, el suyo. Los modelos únicos a nivel económico vienen acompañados de procesos de aculturación generalizada para imponernos una sola cultura, una sola moda, una sola forma de pensar y de ver las cosas. Destruir una cultura, atentar contra la identidad de un pueblo, es el más grave daño que se le puede hacer a la humanidad.

El respeto y la complementariedad pacífica y armónica de las diversas culturas y economías es esencial para salvar al planeta, la humanidad y la vida.

Para que esta sea una ronda de negociaciones efectivamente del desarrollo y anclada en el presente y el futuro de la humanidad y el planeta debería:

· Garantizar la participación de los países en desarrollo en todas las reuniones de la OMC poniendo fin a las reuniones exclusivas de la "sala verde"[5].

· Implementar verdaderas negociaciones asimétricas a favor de los países en desarrollo en las cuales los países desarrollados otorguen concesiones efectivas.

· Respetar los intereses de los países en desarrollo no limitando su capacidad de definición e implementación de políticas nacionales a nivel agrícola, industrial y de servicios.

· Reducir efectivamente las medidas proteccionistas y los subsidios de los países desarrollados.[6]

· Asegurar el derecho de los países en desarrollo a proteger por el tiempo que sea necesario sus industrias nacientes de la misma forma que lo hicieron en el pasado los países industrializados.

· Garantizar el derecho de los países en desarrollo a regular y definir sus políticas en materia de servicios, excluyendo de manera expresa los servicios básicos del Acuerdo General de Comercio de Servicios de la OMC.

· Limitar los monopolios de las grandes empresas sobre la propiedad intelectual, promover la transferencia de tecnología y prohibir el patentamiento de toda forma de vida.

· Garantizar la soberanía alimentaria de los países eliminando cualquier limitación a la capacidad de los Estados a regular las exportaciones e importaciones de alimentos.

· Asumir medidas que contribuyan a limitar el consumismo, el derroche de recursos naturales, la eliminación de gases de efecto invernadero y la generación de basura que daña a la Madre Tierra.

En el siglo XXI, una "Ronda para el desarrollo" ya no puede ser de "libre comercio", sino que tiene que promover un comercio que contribuya al equilibrio entre los países, las regiones y con la madre naturaleza, estableciendo indicadores que permitan evaluar y corregir las reglas de comercio en función del desarrollo sostenible.

Los gobiernos tenemos una enorme responsabilidad para con nuestros pueblos. Acuerdos como los de la OMC tienen que ser ampliamente conocidos y debatidos por todos los ciudadanos y no solamente por ministros, empresarios y "expertos". Los pueblos del mundo tenemos que dejar de ser victimas pasivas de estas negociaciones y convertirnos en protagonistas de nuestro presente y futuro.

Evo Morales Ayma
Presidente de Bolivia


Notas:
[1] El "Farm Bill 2008" fue aprobado el 22 de Mayo por el Congreso de los Estados Unidos. Autoriza a realizar gastos que incluyen subsidios a la agricultura de hasta 307.000 millones de dólares en 5 años. De estos, aproximadamente 208.000 millones de dólares se podrán gastar en programas de alimentación.
[2] El texto actual de agricultura propone rebajar los subsidios de EE.UU. en un rango entre 13 y 16.4 billones de dólares anuales. Sin embargo, los subsidios reales que actualmente aplica los EE.UU. son de aproximadamente 7 billones de dólares anuales. De otra parte, la Unión Europea está ofreciendo en las negociaciones de la OMC la reforma que realizó en el 2003 a su Política Agrícola Común (PAC), sin proponer mayores aperturas.
[3] Los países en desarrollo tienen poco que ganar en la Ronda de Doha: las ganancias proyectadas serán del 0,2 % para dichos países, la reducción de la pobreza mundial será de 2,5 millones (menos del 1 % de los pobres en el mundo) y las perdidas por aranceles no cobrados serán de al menos 63.000 millones de dólares. (Anderson, Martin, and van der Mensbrugghe, "Market and Welfare Implications of Doha Reform Scenarios," in Agricultural Trade Reform and the Doha Development Agenda, Anderson and Martin, World Bank/ / Back to the Drawing Board: No Basis for Concluding the Doha Round of Negotiations" by Kevin P. Gallagher and Timothy A. Wise, RIS Policy Brief #36
[4] Esta regulación debe incluir el derecho a implementar impuestos a las exportaciones, bajar aranceles para favorecer importaciones, prohibir exportaciones, subsidiar producciones locales, establecer franjas de precios, en fin toda medida que según la realidad de cada país mejor sirva al propósito de garantizar la alimentación de la población.
[5] "Green room meeting" o "reuniones en la sala verde" es el nombre de las reuniones informales de negociación en la OMC en las cuales participan un grupo 35 países elegidos por el Director General.
[6] Un recorte real de los subsidios de los EE.UU. debería ser menor a 7.000 millones de dólares al año.
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22/07/2008

... En el campo, las espinas ...



¿Dónde estamos parados? (apuntes sin apuro) Roberto Páez González 21.07.08

Hay, como cupo caber duda, una derecha detrás del campo, como supo hablarse en épocas pasadas de un poder detrás del trono.

Episódicamente, un rey de las arengas de Gualeguaychú concitó plateas en torno a tractores, conciertos de cacerolas al aire libre, pantallas gigantes y el aplauso de la prensa y el público adicto.

¡Zas! ¡Una nueva derecha!

¡Vale!, que se las apañan de una manera diferente. Pero los intereses y sobre todo el daño potencial para el país son de género similar a lo de antes.

Son las circuntancias las que han cambiado. Sobre todo la perspectiva de ganancias fáciles en vista de la crisis alimentaria mundial, con el temible aumento de los precios internacionales.

Quieren la plata, un gobierno dócil, y lo demás no importa. Claro que lo demás consiste en una patria para todos, con un desarrollo económico que incluya a todos a la hora de repartir el ingreso nacional.

Pero otra vez, en la historia del país, las condiciones del mercado mundial determinan –excesivamente, gracias a la situación política interna- el modelo económico, y modifican las relaciones de fuerza entre los sectores económicos; en nuestro caso, en favor de una parte de la cadena de valor que desemboca en los grandes exportadores de productos agrícolas, y definen o tienden a definir la distribución de la riqueza nacional de conformidad con su capacidad para imponer los hechos consumados. Es así. ¿Por qué? Porque pueden.

Por tanto, al margen de la presentación que de los hechos hayan dado los actores políticos, lo que estuvo –y está, a no olvidarlo- en juego es el modelo de apropiación de la renta agraria. Y como en el tema de la distribución del ingreso cuando una parte tira de la manta la otra o las otras sienten frío, es todo el modelo distributivo el que está cuestionado.

Que está cuestionado no significa automáticamente que vaya a haber una revolución social. Porque en todos los países donde hubo injusticia social, a través del tiempo, ésta siempre estuvo cuestionada en alguna medida, pero sin dar lugar –forzosamente- a cambios trascendentes. A veces, ni siquiera a una redistribución de la renta dentro del sistema, lo que algunos llaman reformismo.

Podemos estar seguros de que las grandes industrias multinacionales del agrobusiness y sus aliados indispensables de los grandes medios de comunicación han saltado sobre la ocasión para vertebrar una oposición política que le cayó al gobierno como un rayo en un cielo de vacaciones.

Al parecer, una desproporción. Sin embargo, no es así. En la contra no están para nada dispuestos a soltar el hueso y que nadie crea que se los puede tomar desprevenidos.

Nada les importa más que cómo se distribuye el ingreso nacional, muy particularmente lo que se refiere a sus rentas actuales y futuras, que por ser fruto de actos políticos -pasados y actuales- obedecen a una lógica política y, por tanto, al poder político.

Cuando el gobierno interviene en una área sensible de estos intereses sociales y económicos, afecta las condiciones políticas en que se desarrolla la lógica económica y social imperante en el país.

La novedosa situación de dualidad de poder generada por el tema de las retenciones entre el gobierno y las federaciones agrarias, pronto se se convirtió en un conflicto en el que se alineaban contra el gobierno no ya solamente las federaciones agrarias sino además, los medios de comunicación y los dirigentes políticos perdidosos en las últimas elecciones; e incluso en la prensa internacional surgían a coro gurúes que suscitaban la desconfianza sobre la estabilidad política del gobierno de Cristina Fernández, y sobre la estabilidad argentina en sentido lato.

Dieron la prueba de que podían. Que podían contar las cosas como mejor les conviniera. Que tenían preeminencia en la opinión pública, siempre tan dependiente de los sistemas electorales, las justas parlamentarias y los medios de prensa. Que podían echar el anatema sobre la proverbial soberbia de los Kirchner, como si por ejemplo, usted y yo que también queremos altas cotas de justicia social fuéramos unos peleles dominados por el ejercicio majestuoso de unos hipnotizadores malévolos.

¿O usted, yo e incluso ellos, « los del campo » podemos ignorar el déficit de la democracia argentina en materia de justicia social? ¿Hacer como el avestruz y rezar que el mundo sigue andando (ya saben cómo anda el mundo…)?

En la Capital , unos cuantos están de juerga con toda hipocresía, conjugada en el racismo ordinario anticabecita y antiboliguayo –antilatinoamericano, en suma- y en emblemas como la Constitución y el federalismo blandidos como estandartes de aglutinamiento, pero que en realidad les importan un rábano.

Que nadie crea que nos quitan las banderas. Se vierten en una campaña de confusiones diseñada por ex de la izquierda nacional, y otros plumíferos –ex de cualquier cosa- que están dando la mejor prueba del más pésimo periodismo argentino (pero ya hubo, no lo olviden).

Frente a estas circunstancias, muchos compatriotas decidieron rodear el gobierno con su apoyo, algunos por ser partidarios y otros que actuaron como una ambulancia de conciencia nacional, que no han querido, por ejemplo, convalidar con su silencio o inacción el racismo clasista profesado por buena parte de la clase media urbana del país, sobre todo de la Buenos Aires macrista.

A muchos parece inexplicable la actitud del gobierno, muchos también destacan su errores. Admitimos que hay cosas difíciles de comprender. ¿O de explicar?

En cualquier caso, lo que prima es la voluntad de que el Estado pueda intervenir en la economía y desempeñe un papel activo en los conflictos de intereses económicos y sociales.

Y que el gobierno tiene la legitimidad de haber sido elegido por sufragio universal, y sólo acaba de gastarse el primer octavo del tiempo de su mandato.

Y que a una medida encarada por este gobierno se le hayan opuesto los sectores que se le opusieron, bajo una forma que dio en llamarse « destituyente ».

La prueba de fuerza puso de manifiesto que las alianzas que llevaron a Cristina Fernández a ser elegida presidente de los argentinos no resistieron la prueba de la confrontación. En cambio, su legitimidad procede de una fuente electoral que no está cuestionada y la presidenta puede exhibir los resultados de la gestión presidencial anterior y su búsqueda de una distribución progresista de la riqueza, como muestras de una voluntad de cambiar el estado de cosas que una mayoría de argentinos rechaza.

En realidad, el balance del gobierno anterior tuvo su veredicto en las urnas, en octubre de 2007, y es harto temprano para hacer un balance del mandato de Cristina Fernández.

Si hay un balance en cuestión es el balance de la democracia argentina realmente existente, vale decir de un período de 1983 a 2008, sin perjuicio de que aspectos de ese balance están relacionados con toda la historia de la dependencia argentina.

Lo primero que tiene que creerse el o la presidente del país es que tiene la responsabilidad principal y debe cumplir su programa electoral. Lo que debe saber es que se espera del gobierno un liderato público y que para ello debe contar con sus electores.

Es indiscutible que el gobierno de Néstor Kirchner se adaptó a la existencia de sectores económicos -dinámicos, dentro de su etapa- sin cuestionar en su acción pública los fundamentos de los mismos.

Pero haber contemporizado con la especulación financiera, soportado la desnacionalización energética y minera, la libertad de acción de las grandes multinacionales agroindustriales y la de los oligopolios de comercialización, así como las licencias leoninas de los medios de comunicación o la nueva “patria sojera” en marcha, conviviendo con un regresivo sistema impositivo, no impidieron frente a resultados de crecimiento del producto bruto interno, de la baja de la tasa de desempleo y la contención de la inflación en el período, entre otros resultados, que el voto de los argentinos llevara a la primera magistratura a Cristina Fernández, erigida en continuadora de la inspiración de ese gobierno.

Eso fue un acto de confianza en su capacidad para dirigir el país. Ahora está en juego todo eso. También esa confianza.

No obstante, no podemos dejar de lado el contexto sudamericano y al ver cómo los gobiernos que intentan cambios se encuentran asediados por oposiciones que amenazan o amenguan la integridad de los respectivos países, deseamos manifestar una actitud alerta, ya que el porvenir de cada uno de nuestros países va unido al de los demás. Nuestra historia registra demasiados casos de lavallismo, como para subestimar la influencia que pueden tener los acuerdos de intereses entre políticas extranjeras y dirigentes políticos locales.

Los antecedentes neoliberales de la inmensa mayoría de los personajes que intervinieron del lado « del campo » y diversas filiaciones con acontecimientos de índole dictatorial militar constituyen indicadores de alarma más que justificada para reaccionar contra esas pretensiones de dictarle al país sus reglas, por encima de las instituciones. Y ya que estamos con las instituciones, a las que nos sometemos, el funcionamiento de los partidos políticos, del senado y del vicepresidente están lejos de satisfacer en cuanto a resultados democráticos de mejora de la estructura distributiva de nuestro país. Su funcionamiento fue reaccionario porque en todo momento los que votaron en el parlamento contra la resolución 125 omitieron considerar la cuestión de la redistribución de la riqueza.


De cualquier modo, les resultará imposible disfrazar un país con pocos ricos y muchos, muchísimos, pobres. No podrán enmascarar su concepto de democracia que es el de una democracia para pocos y el infierno para los más.

Muchos han hecho hincapié en una defensa de « lo que hay ». La frase, al principio, quería decir defender lo que hay contra « lo peor » pero nunca esa defensa se podía hacer « por lo que hay ». Esa defensa se ha hecho, también, para cambiar « lo que hay ». Va de suyo que la defensa del gobierno constitucional que había planteado una agenda social era y es una defensa del desarrollo social argentino, no entendido como una acción del ministerio del mismo nombre, sino como una reforma de la sociedad mediante un desarrollo económico con reparto progresista de la riqueza y obras de urgencia del Estado para pagar la deuda interna.

Pero el conflicto tiene resultados pedagógicos. Se plantean en forma abierta cuestiones políticas y culturales. La intervención de los ciudadanos en la política es lo que puede traer una fuerza renovadora que aproveche las lecciones dadas por todos los dramas de nuestro pasado. En lo cultural, como sociedad, la propia transformación viene de cómo queremos ser en comparación con cómo hemos sido. También de la experiencia del mundo.

Por ejemplo, una de las razones de rechazo del nacismo y del facismo es el rechazo de racismo que los caracterizó. En la sociedad argentina la mayoría tiene que probarse que estamos contra toda clase de racismo y, en particular, en nuestro país, contra ese racismo clasista –de desprecio- que acompaña y acompañó a todas las expresiones neoliberales autoritarias y dictatoriales y de democracias restringidas o pseudodemocracias.

Desde todos estos puntos de vista, un gobierno que quisiera llevar a la práctica su mensaje electoral tenía que empezar por alguna parte. No fue un buen comienzo, porque fue una derrota. Sin embargo, fue un comienzo. Lo que puede llegar a darle un carácter trascendente. Desde luego, no hay comienzo sin continuidad.

En un plano de continuidad es indispensable para el gobierno que se comprenda mejor qué quiere hacer. En vez de coger desprevenidos a sus enemigos tomó por sorpresa a sus amigos.

El gobierno ya sabe que no está solo. Tampoco está solo para pensar lo que los argentinos deseamos y necesitamos.

20/07/2008

Las lenguas de "los medios"

Ginebra (AFP) – 20.07.08 - Brasileños y norteamericanos polemizaban este domingo acerca de Goebbels, tras las declaraciones del ministro brasileño de relaciones exteriores comparando la actitud de los países ricos en la OMC con la del jefe de propaganda del IIIer Reich.
En la víspera del comienzo de una semana crucial de négociaciones en la Organización mundial del comercio, que se supone desembocaráen un acuerdo histórico Norte-Sur sobre la liberalización de los intercambios, el portavoz de la delegación norteamericana, Sean Spicer, consideró "inoportunos" los comentarios del ministro brasileño.
Durante una conferencia de prensa, este sábado, en la sede de la OMC en Ginebra, el ministro bréasileño de relaciones exteriores, Celso Amorim, acusó violentamente la actitud de los países ricos en la negociación, acusándolos de tratar de hacer creer que el le expediente agrícola ya estaba prácticamente aceptado por los 152 países miembros.
El jefe de la diplomacia brasileña denunció « elmito » segón el cual los países ricos ya no tendrían más concesiones que hacer en la agricultura y un acuerdo final no dependería más que de la buena voluntad de los países de Sur en el tema de los productos industriales.
"Queda mucho por hacer en la agricultura", subrayó el Sr. Amorim, disculpándose de citar a Goebbels ("si se repite una mentira varias veces, se convierte en verdad ").
Según el vocero noirteamericano, "en momentos en que tratamos de hallar una salida favorable en las negociaciones, este tipo de expresiones es muy inoportuno ".
Evocando la "historia personal" de la negociadora norteamericana Susan Schwab, hija de sobrevivientes del Holocausto, Sean Spicer estimó que un ministro de relaciones exteriores "debería ser consciente de ciertas sensibilidades".
El Sr. Amorim et la Sra. Schwab tenían que participar en una cena organizada por el director general de la OMC , Pascal Lamy, et entrevistarse el lunes personalmente.
Según su oficina de prensa, el Sr. Amorim "no tiene la intención de presentarle excusas "durante ese encuentro, "ya que su intención era mostrar que la propaganda puede ssuperponerse a los hechos históricos " y no hacer una comparación alguna entre personas.

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Las lenguas de las vecinas insidiosas

La columna de Joaquín Morales Solá entre el imaginario certificado de defunción y el magnánimo consejo – Por Roberto Páez
Comentario de « Cristina, como si viviera en otro país »
de La Nación del viernes 18.07.2008.


Desde ayer, Joaquín Morales Solá la tiene con lo fenecido y hace partes de defunción de la política K con diversas variantes. Al día de hoy los muertos que mata gozan de alguna salud. Pero no lo tomamos a la ligera. Y creemos no equivocarnos en los motivos y los para qué lo está diciendo. Estas necrológigcas anticipadas llevan el estigma de las malas lenguas con el espíritu de las señoras gordas, como las llamaba Landrú en Tía Vicenta. Pero para condensar.

JMS está también embarrado de tango con eso de que « El peronismo perdona hasta la traición, pero no la derrota ». Lo que viene después, siempre con evocaciones viejas, me recuerda títulos como Cuerpos y almas, de Maxence Van der Meersch: « Néstor Kirchner se convirtió ayer, para el peronismo, en el cuerpo y el alma de una estrategia derrotada ».

El otro día la tenía con los milagros y ahora está con Corín Tellado. No por nada JMS tiene años como para saber estas cosas. Y otras, porsupu, pero nos invita a lloriquear un poco por la presidenta, ya a la manera de la señora Carrió que dijo, no hace mucho, sólo el 16.07.2008, «los maridos son una cosa de terror ».

La pobre señora se enfrenta con las deudas que tiene su marido. Y por ahora tiene que hacerse cargo del almacén y la familia, y todo.

Pero aquí salta el Consejero Morales: a la presidenta le queda « una sola puerta hacia la reconstrucción de su deteriorado liderazgo », cambiar ministros, « formas » y « políticas ». En definitiva, a JMS no se le ocurre pensar que Cristina Fernández de Kirchner tiene un mandato electoral y una investidura presidencial, en cuyo ejercicio quiere representar –si no únicamente, también- a quiens la votaron.

Pero no. Le duele en los oídos el silencio atronador de la presidenta en el Chaco. Es porque según el empleado del registro civil que está haciendo las actas de defunción -pero además las publica en La Nación- debería haberse referido « al fracaso parlamentario » (lo llama así) del voto del senado, en el que cabe recordar que se ejercieron presiones inmundas sobre el legislador Rached para que cambie su voto y con un presidente del Senado y vicepresidente del país se dió vuelta para beneplácito de Duhalde, quien también con mucha dignidad –desde luego- no tardó nada en felicitarlo.

La herida narcisista del relato de Morales Solá perece ser que la presidenta no felicitó a sus adversarios. Pero es una falsa herida. Sólo quiere recordar a los propios que ellos ganaron. Y parece afirmar que la presidenta tiene miedo de hablar del tema.

Dice : « Julio Cobos no volteó a Néstor Kirchner, pero desarticuló una arquitectura de poder que ya mucho antes hacía agua por todos lados ». Pero todo el mundo sabe que Cobos no volteó a Kirchner. Si lo voltearon habrá sido entre varios y entre esos varios no se ve cómo se podrán casar y convivir, por ejemplo, Eduardo Duhalde y Elisa Carrio.

Joaquín Morales Solá se permite también echarlo a Kirchner con el agua sucia del baño de las asambleas barriales. Era una rémora de aquellos « tiempos fugaces » ... « de cierta épica nacionalista tras el colapso argentino » y « nunca fue un líder para la normalidad ni la República estuvo en su cabeza ni en su formación ».

O sea que aun con los resultados económicos más apreciables de estos últimos tiempos, a Néstor Kirchner era mejor perderlo que encontrarlo. Y es mejor que haya sido derrotado. Y ahora la legitimidad democrática de la presidenta tiene que ser como La Nación dice o no será.

Kirchner al terminar su mandato tenía altas cotas de satisfacción en las encuestas y Cristina Fernández, como candidata de la profundización en el cambio ganó con el 45 % de los votos, harto más que la segunda candidata más votada.

En estos siete meses de gestión, la star fue « el campo ». Y le mojaron la oreja a la presidenta para provocarla, para que reprima. Pero no lo hizo. La pusieron en el dilema, pero no sucumbió al encanto del sensualismo del poder. Sarmiento, Mitre, los aviadores del 55, Aramburu, los del Proceso hubieran actuado de otra forma. La presidenta dijo que se resolvían los problemas con más democracia. Y los medios periodísticos fueron una cuasi unanimidad de mentirosos profesionales, por lo que quizá tengan pronto que arrepentirse, ya que no se le escapa a muchísima gente que su intoxicación deformó el debate y el clima político.

Pero NK Comparte con Cristina Kirchner « un sistema de poder según el cual todo (reorganizar la economía, respetar las instituciones, construir una cultura política más sofisticada) se resuelve en un campo de batalla. Esa lógica los abatió ». Ahora queda más claro que los muertos son el expresidente y la actual presidenta, lo que contradice su suavividad del principio para con ella. ¿Como puede tener el tupé de hablar así? Indudablemente, es porque Kirchner era un interino, mientras las cosas estaban un poco revueltas, pero ahora vuelve la famosa camada de los Duhalde, Carrió y si se animan, El Innombrable, que como se encargó de decir en el Senado, con él todo iba bien y por el mejor de los mundos.

Agrega que « dos derrotas en apenas 24 horas es una carga demasiada abrumadora para cualquier político. Las dos fueron innecesarias ». Pues no parece que fueran innecesarias. Claro, según JMS si la presidenta no hubiera intentado lo de las retenciones no habría pasado nada. Pero las batallas de « lo del campo » pusieron en evidencia muchas cosas y esas evidencias nutren, ahora, la mayor conciencia que tenemos de los intereses en juego.

Tras referirse a que hubo más gentío en Palermo que en la plaza del Congreso, indica que la derrota de Kirchner no fue con el voto de Cobos sino con el empate previo, donde no reconoce ni menciona las indignas presiones ejercidas sobre el senador Rached, al margen de que aun así, la felonía de Cobos le da a a la credibilidad institucional un verdadero mentís.

JMS quiere llevarnos por el dédalo del tratamiento anterior del asunto en Diputados y alude a Felipe Solá. Aparentemente, un espíritu de ajuste de cuentas habría guiado a Solá a sublevarse. Así, la debilidad y el empate habrían llevado « a la traición » como la llamó JMS a la actitud de J. Cobos.

Pero esto no explica ni justifica la deslealtad de Cobos, a la que JMS se refiere como « el tiro de gracia », gustoso de propinarlo para vengarse, porque « en los últimos tiempos … hasta le negó públicamente el derecho a hablar y a opinar ».

Es verdad que Cobos, Solá, Reuteman y otros que se bajaron de la oferta kirchnerista estuvieron gozando de un contrato que acaban de rescindir, lo que era previsible. Pero no se fueron por supuestos malos tratos, sino por intereses económicos consistentes. Ni que decir tiene para los entendidos -que somos todos, porque todos los conocemos- que El Innombrable, El Adolfo, el ex corredor de autos y los otros que nombra, el salteño Juan Carlos Romero, el pampeano Rubén Marín, el chaqueño Roy Nikisch y el rionegrino Pablo Verani) que « votaron en contra del proyecto oficial » se restregan las manos y se le hace agua la boca. Pero la venganza es un plato que se come frío y cuando en la actualidad el paso de la historia se caliente veremos cómo los comensales habrán tenido que digerir esta victoria pírrica.

Les queda contar la historia de Cobos a la manera de Ernesto Sanz : « Ahora habrá que cuidarlo y defenderlo ». Temen la venganza de los Kirchner. ¿Pero cómo? ¿No estaban muertos?

Todos los argumentos del Consejero Morales apuntan a liquidar ministros. ¡Que rueden cabezas! Por lo menos las de los más antipáticos, De Vido, Guillermo Moreno, Ricardo Jaime. Tal vez, Alberto Fernández. Otra vez en marcha el mecanismo del chivo expiatorio.

A JMS no se le ocurre que la presidenta pueda seguir pensando en la justicia social. A muchos sí se nos ocurre. Porque pensamos que lo que pasa es otra cosa. ¡Y vamos a ver, dijo un ciego!

Viernes, 18 de julio de 2008

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TRAS EL VOTO DEL SENADO


EL DIA DESPUES

Para Morales Solá, Cobos terminó con una forma de gobernar;
para nosotros Morales Solá sigue con una forma de predecir – Por Roberto Páez González - 17.07.08

No sabemos si el kirchnerismo murió, como dice Joaquín Morales Solá, hoy, (Cobos terminó con una forma de gobernar, La Nación 17.07.2008) pero sí que nació « un hombre muy solitario ». Julio Cobos se destacó de todos los otros. Su actitud vuelve a poner de relieve los curiosos trances de los vicepresidentes argentinos, entre otras cosas.
Pero un hombre no es la expresión última de una crisis. El patetismo de su acrobacia desempatando a los senadores, sólo es una peripecia. Y si se terminó una forma de gobernar, esto sólo corresponde al desenlace institucional de la crisis, no al desenlace social y político del que todavía estamos más o menos lejos: ganadores y perdedores tienen que digerir y a veces, algunas victorias no son más fáciles de digerir que ciertas derrotas.
El pobre Cobos lleva a cuesta carradas de sensaciones que tuvieron los demás. El se encomendó a la historia, pero es más precisamente el corto plazo el que se va a ocupar de él. En cambio, algo de razón tiene JMS cuando menta « una crisis que había dejado al kirchnerismo sin opinión pública, sin confianza social en la economía, sin aliados y sin gran parte del peronismo ». Pero Kirchner está lejos de haberse convertido « tan rápidamente en un paria de la política después de usar y abusar de un poder hegemónico durante un lustro ».
Ni Kirchner ni la Presidenta quisieron « acordar con las entidades agropecuarias un final digno del conflicto ». ¿Pero era digno ese acuerdo eventual? Todos sabemos que no. Sin embargo, llegado a ese punto, gracias al hastío de gran parte de la población, a causa de la tenaz resistencia de los ruralistas, la salida del atolladero se puso en manos de los protagonistas y mecanismos parlamentarios.
En todo eso, el presidente del Senado tuvo su bocadillo, que bastó para echar abajo la esperanza de los partidarios de las retenciones móviles. No obstante, el trámite del debate no fue totalmente en vano y podemos rescatar intervenciones extremadamente serias, didácticas y consecuentes, como la de Filmus, y abominar de las paródicas, recalcitrantes y burlescas como la de un ex presidente que muchos llaman El innombrable.
El principal error de la maniobra kirchnerista fue creer que tenían el asunto bastante bien atado. Pero ya habían dicho en la calle que acatarían el resultado de la votación de los senadores.
Es, empero, infame decir, como hace JMS, que Cobos se volcó « hacia donde estaba la sensación generalizada del Congreso ». Había sido aprobada en Diputados y estaba empatada en el Senado, lo que significa que en el Congreso –y sin mediar la intervención tránsfuga del presidente del Senado, luego de la del famosísimo Rached- la sensación generalizada era la de la muy probable aprobación.
JMS aprovecha que hubo parlamentarios dubitativos del oficialismo en ambas cámaras (pero hay que preguntarse qué significa, quiénes dudaron, etc.) para tratar de convencernos de que « un desempate del vicepresidente a favor del proyecto oficial hubiera significado arrancarle al Congreso una decisión contra su naturaleza y contra su opinión más extendida. Hubiera sido un exceso del poder circunstancial y casual de un solo hombre ». ¿Y cuál es su naturaleza y su opinión más extendida, si no la mayoría a favor en Diputados y el empate en Senadores?
Es un ejemplo característico del estilo periodístico de JMS. Cuando era más lógico que el vicepresidente estuviera en solidaridad con la presidenta. JMS observó, como nos hizo ver, que una cosa era la otra … al fin y al cabo.
La otra cosa es lanzar la campaña de acoso y derrribo contra Kirchner, salvando a la Presidenta. Porque ella es la jefa del Estado. Pero al final, ¿él quién es ? Ya Duhalde denunció el doble comando; y ahora hay que aislar a la Presidenta ensalzando su puesto de comando constitucional despojado del consejo de su antecesor en el cargo, porque la estrategia de éste fracasó. Cita en su apoyo interpretaciones sobre la actuación de segundos cuchillos, como Alberto Fernández y Guillermo Moreno. También se apoya en la leyenda de la soberbia de los Kirchner y el corolario de la soledad política en la que Néstor Kirchner habría caído.
Después, la sagacidad extrema de JMS va detrás de sus susurros de demolición : « Una administración débil deberá afrontar un destino de tres años y medio más de vida ». Esto pasa después de seis meses de obstrucción para que Cristina Fernández no gobierne.
Por encima de los pobres argumentos que desgrana, se sienten otros aspectos culturales argentinos que influyen en la coincidencia en la oposición a Cristina: resistencias de género, envidia de algunas mujeres poderosas, como Carrió y Duhalde, campañas rastreras sobre lifts, bocio, etc., punición de los obispos por considerarla fuera de su influencia, oposición de los bolsillos del mundo agrario representado por Los cuatro del lock out, barbas en remojos de otros sectores sociales ávidos de ganancias y prebendas, pero reacios a al reparto de la torta, y así de seguido.
Además, para JMS, los Kirchner no saben más que gobernar « asestándole su propia voluntad a la política y a la sociedad ». Soberbios. Autoritarios. Etc. JMS termina con un párrafo más por el estilo.
Pongamos un párrafo más nosotros. No tenemos por qué pensar que JMS quiere predecir la verdad. Simplemente, predice. Es una Casandra que padece la ruptura con algún Apolo y diseña los contornos del asunto de su profecía, pero escamoteando la verdadera dimensión histórica y política. Trata a los Kirchner de no videntes, pero él mismo está sumido en la leyenda del Granero del mundo, en el club de ciegos que no llegan a ver más que aquel fabuloso pasado en el que –en realidad- le pusieron al país los grilletes de la subordinación económica, la balcanización sudamericana y una desigualdad social que no merece ser una patria para todos.
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El conficto de las retenciones - CRITICA DE LOS CRITICOS

El gran adversario del porvenir nacional - Por Roberto Páez González - 16.07.08

Hoy, Joaquín Morales Solá descifra (El gran adversario que consiguió crear Néstor Kirchner, en La Nación) qué pasó frente al Congreso y frente al Zoológico. El partero, Néstor Kirchner terminó de hacer nacer El gran adversario, un bebé llamado a regenerar la República. Pero todo lo que nos devela reside en la concertación de claros maestros del callejón sin salida y la fobia antipopular, unidos en la argamasa de un mejunje catolicón, reflejado en sus alusiones al Papa.
El análisis de este periodista, impregnado de incienso y terminologías como milagro, milagrero, etc. nos ayuda a descubrir lo que pasa. La culpa la tiene Kirchner, que divide a los argentinos. Asique, Morales Solá quiere hacernos creer que la división es mala, pero que el cociente que le gusta es una maravilla.
Las maravillas, a menos que haya otras ocultas son (no enumeramos por orden de importancia nociva) : Duhalde, Carrió (que en el Barrio Norte tuvo más votos que Cristina Fernández), Chiche Duhalde, Macri: ya saben, el que ganó en la Ciudad de Buenos Aires, rezumando el racismo ordinario de buena parte de la clase media porteña. Olvidamos a varios, pero recordemos, al menos, a los burócratas sindicales escindidos de la CGT bajo liderato gris de Barrionuevo.
Por otro lado, nos dice que esto que ha pasado en 120 días consiste en el fin de un divorcio entre la Capital y el interior. Nos quiere hacer creer que los de Palermo son ahora federalistas convencidos.
Pero el divorcio entre la Capital y el interior fue siempre entre los ricos de la Capital y los pobres del interior y de la propia Capital. De manera que en Palermo se entiende que hay una conciencia de pertenecer a un bando, independientemente de las marionetas de las cuatro federaciones.
Una de las expresiones de JMS: « Tal vez haya comenzado la era de los milagros », como si lo que hiciera falta en Argentina fueran milagros. Pues no señor JMS. Lo que hace falta es que funcionen las instituciones. Y que podamos evaluar a las instituciones según criterios de justicia social como los que están establecidos en la Constitución Argentina, ad referéndum de cualquier reforma legal que pudiere convenirle y cuyo interés no se plantea en la actualidad política.
Es pueril de su parte indicar que la transversalidad proclamada por Kirchner se esté realizando en el bando opuesto. Aunque no cabe duda que hay un rejuntado de « expresiones partidarias … que se quedaron sin liderazgos desde la última gran crisis ». ¿Que cuál fue, señor JMS? ¿La de 2001 en adelante? No hay sino una superabundancia de enfermos de protagonismo, carentes de la más mínima proposición de crecimiento económico con justicia social para promover al hombre y la sociedad argentinos.
Sólo quieren dos cosas: quedarse con la plata y voltear u hostigar al gobierno para que no cumpla sus compromisos públicos.
Cuando agrega que « Kirchner les habla a sus amigos de café », ¿a qué se referirá JMS? ¿Por qué no dice quiénes son? Acaso se imagine que todos los conocemos. En cualquier caso sepa que a muchos nos consta que hay gente que apoya a este gobierno, primero, porque lo votó, segundo porque está de acuerdo en promover una reforma de la estructura distributiva del ingreso en el país, tercero porque queremos incorporarnos a una acción política capaz de dar respuestas a los disfuncionamientos de la sociedad argentina. Me parece que no cabemos en un café. A menos que el café imaginario de JMS sea verdaderamente grande.
JMS finge no saber si los comandos civiles de 1955 o los grupos de tareas de 1976 son conocidos por los argentinos o no del todo. Hay que preguntarle por qué si él sí los conoce no hace nada para divulgar esas realidades de nuestra historia y usa párrafos y frasecitas de esotérica esgrima para desjerarquizar verdades poco conocidas y auspiciar el abandono de las verdades en beneficio de las mentiras que se conocen mucho y que él practica.
No hay fuego de cisma social. El acto de Palermo nos muestra otra pieza en la tentativa de establecer una novedosa dualidad de poder: las instituciones versus los medios. Los sectores populares están desinformados y los movilizadores del odio social bienudo abarcan el clientelismo de la televisión-basura y de las prédicas infantilizadoras con ropajes securitarios, liberales, religiosos, antiautoritarios, etc. que embroman y embruman a mucha gente de la clase media.
Para JMS los peor de la historia argentina fue el peronismo de los años 40 o el de los 70. Sabe perfectamente que los 70 fueron una época de lucha por el poder, pero que los principales aportes que suscitaron una esperanza fracasada provienen de los años 60 y en lo más básico se referían a la justicia social y su correlato indispensable, la liberacion nacional en el marco de la unión sudamericana.
Vamos a decirle a JMS que los herederos de Tiredié se merecen una libertad que no tienen y que tanto cacarean los de Palermo. Se me dirá que pocos se acuerda de ese cortometraje de Birri. Contestaré que deberían pasarlo en las escuelas para explicarle a todos los argentinos que la miseria no es de hoy y que tampoco tiene por qué ser eterna.
JMS pasa a lo descriptivo para ridiculizar a Kirchener, pero a través de su descripción sentimos que se burla de nosotros, y que -en pocas palabras- no se toma en serio las grandes dificultades que soporta una parte enorme de la población argentina.
Es cierto que los senadores tienen una gran responsabilidad. Dada por los electores argentinos, muy distinta del vedetismo (carismático, lo llama JMS) de Alfredo de Angeli. Los histriones de Palermo, Buzzi incluido, saben que no tienen nada que proponer, salvo una latencia desestabilizadora para promover el golpismo de palacio, basado en la obstrucción de las instituciones.
El primer indicio de que se consideraban legítimos tuvo lugar cuando Carrió dijo inmediatamente después de las elecciones: « la legitimidad está fragmentada » y que ella iba a ejercer el liderato de la oposición. Ese lugar de espada sin cabeza de los intereses opuestos al porvenir nacional todavía tiene caras contrarias por lo que no se puede saber si el bloque de Palermo tiene largos días de unidad.
El gran adversario que consiguió crear Néstor Kirchner, ya estaba creado y al acecho. No hay que unirlo más, sino explicarlo y combatirlo. Y no compete sólo al ex presidente, ni a la presidenta actual, la responsabilidad, sino que todos los que queremos un país sin pobres, democrático y latinoamericanista tenemos que ponernos manos a la obra.

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11/07/2008

Mapas del alma, paradojas, etc. - por Eduardo Galeano


PAGINA 12 - Viernes, 04 de Julio de 2008
EDUARDO GALEANO, PRIMER CIUDADANO ILUSTRE DEL MERCOSUR, Y UN DISCURSO INOLVIDABLE

“Los mapas del alma no tienen fronteras” - Por Eduardo Galeano

Nuestra región es el reino de las paradojas.

Brasil, pongamos por caso: paradójicamente, el Aleijadinho, el hombre más feo del Brasil, creó las más altas hermosuras del arte de la época colonial; paradójicamente, Garrincha, arruinado desde la infancia por la miseria y la poliomelitis, nacido para la desdicha, fue el jugador que más alegría ofreció en toda la historia del fútbol y, paradójicamente, ya ha cumplido cien años de edad Oscar Niemeyer, que es el más nuevo de los arquitectos y el más joven de los brasileños.

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O pongamos por caso, Bolivia: en 1978, cinco mujeres voltearon una dictadura militar. Paradójicamente, toda Bolivia se burló de ellas cuando iniciaron su huelga de hambre. Paradójicamente, toda Bolivia terminó ayunando con ellas, hasta que la dictadura cayó.

Yo había conocido a una de esas cinco porfiadas, Domitila Barrios, en el pueblo minero de Llallagua. En una asamblea de obreros de las minas, todos hombres, ella se había alzado y había hecho callar a todos.

–Quiero decirles estito –había dicho–. Nuestro enemigo principal no es el imperialismo, ni la burguesía ni la burocracia. Nuestro enemigo principal es el miedo, y lo llevamos adentro.

Y años después, reencontré a Domitila en Estocolmo. La habían echado de Bolivia, y ella había marchado al exilio, con sus siete hijos. Domitila estaba muy agradecida de la solidaridad de los suecos, y les admiraba la libertad, pero ellos le daban pena, tan solitos que estaban, bebiendo solos, comiendo solos, hablando solos. Y les daba consejos:

–No sean bobos –les decía–. Júntense. Nosotros, allá en Bolivia, nos juntamos. Aunque sea para pelearnos, nos juntamos.

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Y cuánta razón tenía.

Porque, digo yo: ¿existen los dientes, si no se juntan en la boca? ¿Existen los dedos, si no se juntan en la mano?

Juntarnos: y no sólo para defender el precio de nuestros productos, sino también, y sobre todo, para defender el valor de nuestros derechos. Bien juntos están, aunque de vez en cuando simulen riñas y disputas, los pocos países ricos que ejercen la arrogancia sobre todos los demás. Su riqueza come pobreza y su arrogancia come miedo. Hace bien poquito, pongamos por caso, Europa aprobó la ley que convierte a los inmigrantes en criminales. Paradoja de paradojas: Europa, que durante siglos ha invadido el mundo, cierra la puerta en las narices de los invadidos, cuando le retribuyen la visita. Y esa ley se ha promulgado con una asombrosa impunidad, que resultaría inexplicable si no estuviéramos acostumbrados a ser comidos y a vivir con miedo.

Miedo de vivir, miedo de decir, miedo de ser. Esta región nuestra forma parte de una América latina organizada para el divorcio de sus partes, para el odio mutuo y la mutua ignorancia. Pero sólo siendo juntos seremos capaces de descubrir lo que podemos ser, contra una tradición que nos ha amaestrado para el miedo y la resignación y la soledad y que cada día nos enseña a desquerernos, a escupir al espejo, a copiar en lugar de crear.

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Todo a lo largo de la primera mitad del siglo diecinueve, un venezolano llamado Simón Rodríguez anduvo por los caminos de nuestra América, a lomo de mula, desafiando a los nuevos dueños del poder:

–Ustedes –clamaba don Simón–, ustedes que tanto imitan a los europeos, ¿por qué no les imitan lo más importante, que es la originalidad?

Paradójicamente, era escuchado por nadie este hombre que tanto merecía ser escuchado. Paradójicamente, lo llamaban loco, porque cometía la cordura de creer que debemos pensar con nuestra propia cabeza, porque cometía la cordura de proponer una educación para todos y una América de todos, y decía que al que no sabe, cualquiera lo engaña y al que no tiene, cualquiera lo compra, y porque cometía la cordura de dudar de la independencia de nuestros países recién nacidos:

–No somos dueños de nosotros mismos –decía–. Somos independientes, pero no somos libres.

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Quince años después de la muerte del loco Rodríguez, Paraguay fue exterminado. El único país hispanoamericano de veras libre fue paradójicamente asesinado en nombre de la libertad. Paraguay no estaba preso en la jaula de la deuda externa, porque no debía un centavo a nadie, y no practicaba la mentirosa libertad de comercio, que nos imponía y nos impone una economía de importación y una cultura de impostación.

Paradójicamente, al cabo de cinco años de guerra feroz, entre tanta muerte sobrevivió el origen. Según la más antigua de sus tradiciones, los paraguayos habían nacido de la lengua que los nombró, y entre las ruinas humeantes sobrevivió esa lengua sagrada, la lengua primera, la lengua guaraní. Y en guaraní hablan todavía los paraguayos a la hora de la verdad, que es la hora del amor y del humor.

En guaraní, ñeñé significa palabra y también significa alma. Quien miente la palabra traiciona el alma.

Si te doy mi palabra, me doy.

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Un siglo después de la guerra del Paraguay, un presidente de Chile dio su palabra, y se dio.

Los aviones escupían bombas sobre el palacio de gobierno, también ametrallado por las tropas de tierra. El había dicho:

–Yo de aquí no salgo vivo.

En la historia latinoamericana, es una frase frecuente. La han pronunciado unos cuantos presidentes que después han salido vivos, para seguir pronunciándola. Pero esa bala no mintió. La bala de Salvador Allende no mintió.

Paradójicamente, una de las principales avenidas de Santiago de Chile se llama, todavía, Once de Setiembre. Y no se llama así por las víctimas de las Torres Gemelas de Nueva York. No. Se llama así en homenaje a los verdugos de la democracia en Chile. Con todo respeto por ese país que amo, me atrevo a preguntar, por puro sentido común: ¿No sería hora de cambiarle el nombre? ¿No sería hora de llamarla Avenida Salvador Allende, en homenaje a la dignidad de la democracia y a la dignidad de la palabra?

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Y saltando la cordillera, me pregunto: ¿por qué será que el Che Guevara, el argentino más famoso de todos los tiempos, el más universal de los latinoamericanos, tiene la costumbre de seguir naciendo? Paradójicamente, cuanto más lo manipulan, cuanto más lo traicionan, más nace. El es el más nacedor de todos.

Y me pregunto: ¿No será porque él decía lo que pensaba, y hacía lo que decía? ¿No será que por eso sigue siendo tan extraordinario, en este mundo donde las palabras y los hechos muy rara vez se encuentran, y cuando se encuentran no se saludan, porque no se reconocen?

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Los mapas del alma no tienen fronteras, y yo soy patriota de varias patrias. Pero quiero culminar este viajecito por las tierras de la región, evocando a un hombre nacido, como yo, por aquí cerquita.

Paradójicamente, él murió hace un siglo y medio, pero sigue siendo mi compatriota más peligroso. Tan peligroso es que la dictadura militar del Uruguay no pudo encontrar ni una sola frase suya que no fuera subversiva y tuvo que decorar con fechas y nombres de batallas el mausoleo que erigió para ofender su memoria.

A él, que se negó a aceptar que nuestra patria grande se rompiera en pedazos; a él, que se negó a aceptar que la independencia de América fuera una emboscada contra sus hijos más pobres, a él, que fue el verdadero primer ciudadano ilustre de la región, dedico esta distinción, que recibo en su nombre.

Y termino con palabras que le escribí hace algún tiempo:

1820, Paso del Boquerón. Sin volver la cabeza, usted se hunde en el exilio. Lo veo, lo estoy viendo: se desliza el Paraná con perezas de lagarto y allá se aleja flameando su poncho rotoso, al trote del caballo, y se pierde en la fronda.

Usted no dice adiós a su tierra. Ella no se lo creería. O quizás usted no sabe, todavía, que se va para siempre.

Se agrisa el paisaje. Usted se va, vencido, y su tierra se queda sin aliento.

¿Le devolverán la respiración los hijos que le nazcan, los amantes que le lleguen? Quienes de esa tierra broten, quienes en ella entren, ¿se harán dignos de tristeza tan honda?

Su tierra. Nuestra tierra del sur. Usted le será muy necesario, don José. Cada vez que los codiciosos la lastimen y la humillen, cada vez que los tontos la crean muda o estéril, usted le hará falta. Porque usted, don José Artigas, general de los sencillos, es la mejor palabra que ella ha dicho.

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