Quiénes somos, de dónde venimos, adónde vamos

Quiénes somos, de dónde venimos, adónde vamos
Ricardo Carpani, 1991, acrílico sobre papel

20/07/2008

Las lenguas de las vecinas insidiosas

La columna de Joaquín Morales Solá entre el imaginario certificado de defunción y el magnánimo consejo – Por Roberto Páez
Comentario de « Cristina, como si viviera en otro país »
de La Nación del viernes 18.07.2008.


Desde ayer, Joaquín Morales Solá la tiene con lo fenecido y hace partes de defunción de la política K con diversas variantes. Al día de hoy los muertos que mata gozan de alguna salud. Pero no lo tomamos a la ligera. Y creemos no equivocarnos en los motivos y los para qué lo está diciendo. Estas necrológigcas anticipadas llevan el estigma de las malas lenguas con el espíritu de las señoras gordas, como las llamaba Landrú en Tía Vicenta. Pero para condensar.

JMS está también embarrado de tango con eso de que « El peronismo perdona hasta la traición, pero no la derrota ». Lo que viene después, siempre con evocaciones viejas, me recuerda títulos como Cuerpos y almas, de Maxence Van der Meersch: « Néstor Kirchner se convirtió ayer, para el peronismo, en el cuerpo y el alma de una estrategia derrotada ».

El otro día la tenía con los milagros y ahora está con Corín Tellado. No por nada JMS tiene años como para saber estas cosas. Y otras, porsupu, pero nos invita a lloriquear un poco por la presidenta, ya a la manera de la señora Carrió que dijo, no hace mucho, sólo el 16.07.2008, «los maridos son una cosa de terror ».

La pobre señora se enfrenta con las deudas que tiene su marido. Y por ahora tiene que hacerse cargo del almacén y la familia, y todo.

Pero aquí salta el Consejero Morales: a la presidenta le queda « una sola puerta hacia la reconstrucción de su deteriorado liderazgo », cambiar ministros, « formas » y « políticas ». En definitiva, a JMS no se le ocurre pensar que Cristina Fernández de Kirchner tiene un mandato electoral y una investidura presidencial, en cuyo ejercicio quiere representar –si no únicamente, también- a quiens la votaron.

Pero no. Le duele en los oídos el silencio atronador de la presidenta en el Chaco. Es porque según el empleado del registro civil que está haciendo las actas de defunción -pero además las publica en La Nación- debería haberse referido « al fracaso parlamentario » (lo llama así) del voto del senado, en el que cabe recordar que se ejercieron presiones inmundas sobre el legislador Rached para que cambie su voto y con un presidente del Senado y vicepresidente del país se dió vuelta para beneplácito de Duhalde, quien también con mucha dignidad –desde luego- no tardó nada en felicitarlo.

La herida narcisista del relato de Morales Solá perece ser que la presidenta no felicitó a sus adversarios. Pero es una falsa herida. Sólo quiere recordar a los propios que ellos ganaron. Y parece afirmar que la presidenta tiene miedo de hablar del tema.

Dice : « Julio Cobos no volteó a Néstor Kirchner, pero desarticuló una arquitectura de poder que ya mucho antes hacía agua por todos lados ». Pero todo el mundo sabe que Cobos no volteó a Kirchner. Si lo voltearon habrá sido entre varios y entre esos varios no se ve cómo se podrán casar y convivir, por ejemplo, Eduardo Duhalde y Elisa Carrio.

Joaquín Morales Solá se permite también echarlo a Kirchner con el agua sucia del baño de las asambleas barriales. Era una rémora de aquellos « tiempos fugaces » ... « de cierta épica nacionalista tras el colapso argentino » y « nunca fue un líder para la normalidad ni la República estuvo en su cabeza ni en su formación ».

O sea que aun con los resultados económicos más apreciables de estos últimos tiempos, a Néstor Kirchner era mejor perderlo que encontrarlo. Y es mejor que haya sido derrotado. Y ahora la legitimidad democrática de la presidenta tiene que ser como La Nación dice o no será.

Kirchner al terminar su mandato tenía altas cotas de satisfacción en las encuestas y Cristina Fernández, como candidata de la profundización en el cambio ganó con el 45 % de los votos, harto más que la segunda candidata más votada.

En estos siete meses de gestión, la star fue « el campo ». Y le mojaron la oreja a la presidenta para provocarla, para que reprima. Pero no lo hizo. La pusieron en el dilema, pero no sucumbió al encanto del sensualismo del poder. Sarmiento, Mitre, los aviadores del 55, Aramburu, los del Proceso hubieran actuado de otra forma. La presidenta dijo que se resolvían los problemas con más democracia. Y los medios periodísticos fueron una cuasi unanimidad de mentirosos profesionales, por lo que quizá tengan pronto que arrepentirse, ya que no se le escapa a muchísima gente que su intoxicación deformó el debate y el clima político.

Pero NK Comparte con Cristina Kirchner « un sistema de poder según el cual todo (reorganizar la economía, respetar las instituciones, construir una cultura política más sofisticada) se resuelve en un campo de batalla. Esa lógica los abatió ». Ahora queda más claro que los muertos son el expresidente y la actual presidenta, lo que contradice su suavividad del principio para con ella. ¿Como puede tener el tupé de hablar así? Indudablemente, es porque Kirchner era un interino, mientras las cosas estaban un poco revueltas, pero ahora vuelve la famosa camada de los Duhalde, Carrió y si se animan, El Innombrable, que como se encargó de decir en el Senado, con él todo iba bien y por el mejor de los mundos.

Agrega que « dos derrotas en apenas 24 horas es una carga demasiada abrumadora para cualquier político. Las dos fueron innecesarias ». Pues no parece que fueran innecesarias. Claro, según JMS si la presidenta no hubiera intentado lo de las retenciones no habría pasado nada. Pero las batallas de « lo del campo » pusieron en evidencia muchas cosas y esas evidencias nutren, ahora, la mayor conciencia que tenemos de los intereses en juego.

Tras referirse a que hubo más gentío en Palermo que en la plaza del Congreso, indica que la derrota de Kirchner no fue con el voto de Cobos sino con el empate previo, donde no reconoce ni menciona las indignas presiones ejercidas sobre el senador Rached, al margen de que aun así, la felonía de Cobos le da a a la credibilidad institucional un verdadero mentís.

JMS quiere llevarnos por el dédalo del tratamiento anterior del asunto en Diputados y alude a Felipe Solá. Aparentemente, un espíritu de ajuste de cuentas habría guiado a Solá a sublevarse. Así, la debilidad y el empate habrían llevado « a la traición » como la llamó JMS a la actitud de J. Cobos.

Pero esto no explica ni justifica la deslealtad de Cobos, a la que JMS se refiere como « el tiro de gracia », gustoso de propinarlo para vengarse, porque « en los últimos tiempos … hasta le negó públicamente el derecho a hablar y a opinar ».

Es verdad que Cobos, Solá, Reuteman y otros que se bajaron de la oferta kirchnerista estuvieron gozando de un contrato que acaban de rescindir, lo que era previsible. Pero no se fueron por supuestos malos tratos, sino por intereses económicos consistentes. Ni que decir tiene para los entendidos -que somos todos, porque todos los conocemos- que El Innombrable, El Adolfo, el ex corredor de autos y los otros que nombra, el salteño Juan Carlos Romero, el pampeano Rubén Marín, el chaqueño Roy Nikisch y el rionegrino Pablo Verani) que « votaron en contra del proyecto oficial » se restregan las manos y se le hace agua la boca. Pero la venganza es un plato que se come frío y cuando en la actualidad el paso de la historia se caliente veremos cómo los comensales habrán tenido que digerir esta victoria pírrica.

Les queda contar la historia de Cobos a la manera de Ernesto Sanz : « Ahora habrá que cuidarlo y defenderlo ». Temen la venganza de los Kirchner. ¿Pero cómo? ¿No estaban muertos?

Todos los argumentos del Consejero Morales apuntan a liquidar ministros. ¡Que rueden cabezas! Por lo menos las de los más antipáticos, De Vido, Guillermo Moreno, Ricardo Jaime. Tal vez, Alberto Fernández. Otra vez en marcha el mecanismo del chivo expiatorio.

A JMS no se le ocurre que la presidenta pueda seguir pensando en la justicia social. A muchos sí se nos ocurre. Porque pensamos que lo que pasa es otra cosa. ¡Y vamos a ver, dijo un ciego!

Viernes, 18 de julio de 2008

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